Radio Cadena Mi Gente 700AM

Una Radio con programación Adulto Contemporánea, con amplia participacion Ciudadana, que representa el sentir y pensar de la Mayorías. La Radio eres Tú..!

24 DE JUNIO DEL 2008

Por William Osmar Chamagua

y Kenny Bolaños

Según Ludwig Ott en su Manual de Teología Dogmática,

El infierno es un lugar y estado de eterna desdicha en que se hallan las almas de los réprobos. La existencia del infierno fue impugnada por diversas sectas, que suponían la total aniquilación de los impíos después de su muerte o del juicio universal“.

Jesucristo, nuestro Señor tambien habló ampliamente en relación al infierno. En Mateo 5:22 nos dice:

“Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpable del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, necio, será culpable del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, será culpable del infierno de fuego”.

Mateo 5:29...

“Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”.

Mateo 10:28

“Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.

Santiago 3:6

“Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno“.

El infierno es por lo tanto un lugar real, un lugar de tormento y de angustia. Von Balthasar y Addrienne Von Speyr describieron el infierno como el estado del hombre que experimenta una terrible e infinita soledad y falta de felicidad por haberse separado de Dios.

Según Wilkipedia, “El infierno es tambien, de acuerdo con muchas religiones, un lugar o estado de sufrimiento después de la muerte donde las almas de los pecadores son castigadas. La palabra infierno proviene del latín infernum, que significa "inferior".

El infierno es usualmente imaginado como un lugar subterráneo. Dentro del Cristianismo y el Islam, es concebido tradicionalmente como un lugar de dolor y sufrimiento, representados por el fuego.

El infierno es usualmente imaginado como poblado por demonios, quienes atormentan a los condenados. Los seres humanos, a partir de la Biblia , sabemos que infierno significa tormento insoportable eterno.

Pero muchas veces esta palabra toma formas no necesariamente de fuego; para muchos la vida misma se vuelve un infierno; y es por tal razón que nos encontramos con verdaderos infiernos en la tierra, y en este nuestro amado El Salvador.

No vallamos muy lejos, en El Salvador nos encontramos con infiernos por todos lados; miles de nuestros hermanos purgan penas merecidas o inmerecidas, en infiernos llamados centros penales y bartolinas, otros miles continúan viviendo en casas de cartón, sufriendo la indignante opresión de la miseria. Otros cientos de miles viven en el infierno del desempleo, y otros tantos son expulsados al infierno del destierro en países extranjeros.

Pero hablando un poquito de la ley penal, esta establece que “ante la comisión de un delito X se sancionará con tantos años de prisión…” en ningún momento dispone tormento, tortura, asfixia sicótica, agresión permanente en todos los sentidos contra el imputado.

Pero bastan unos momentos de visita a cualquier cárcel del país para encontrarnos inmediatamente con la figura del infierno: Tan pronto se ingresa, uno se da cuenta que encierran mucha oscuridad, portones asquerosos, registros é interrogatorios ultrajantes contra mujeres y hombres.

Las imágenes que saltan son simplemente escalofriantes, en un cuarto en el que deberían caber unos ocho hombres, han sido amontonados hasta 40 de ellos; sin las condiciones humanas mínimas como baños, ventilación, camarotes, nada. La ácida pestilencia del encierro es terrible; el calor es insufrible, una tortura que no cesa ni de día ni de noche, un verdadero infierno en El Salvador.

Revueltos están en esa sopa infernal los criminales profesionales y los muchachos que “cayeron al bote por primera vez o por delitos menores”. Las riñas, muchas de las cuales terminan en destazos, ya no son como para inmutarse; las violaciones y torturas de reos contra reos se suceden todos los días dentro de esas mazmorras, sin autoridad en el mundo capaz de ponerles fin o hacer justicia.

Dios nuestro… la historia es interminable, espantosa, como los son esas pesadillas que nos despiertan a media noche sudando agitados y asustados. A lo mejor parecerá una exageración o una susceptibilidad emocional extremista, pero si usted no me cree, solo tiene que despertar e ir a cualquier cárcel, por supuesto no a esas donde llevan a algún pececillo gordo de los muy pocos que caen en nuestro país.

Pero nada de todo esto sucede por simple inercia o por una misteriosa ola delincuencial; las multitudes encerradas con lujo de barbarie han sido llevadas allí con una deliberada confabulación de quienes mueven los hilos de nuestro gobierno a su antojo.

La historia salvadoreña es más que elocuente y consecuente con lo que decimos: la historia de injusticia social y económica tan atenazada a nuestras vidas por quienes se creen demasiado fuertes.

Ellos pagan muchísima plata a quienes diseñan lo que llaman “Políticas criminales” –que nadie duda son políticas criminales-, sistemas penales y carcelarios, de modo que séan eficientes en su misión de aplastar a los miserables y que estos no se den ni cuenta de ello.

Prueba de ello es el hecho de que mucha gente pobre, aun siendo víctima de toda esta ola represiva y de miseria, aplauden los espectáculos de capturas al estilo swat, con demostraciones militares bárbaras, la gente que ve los noticieros de TCS los aplaude; igual han aplaudido los planes de leyes “súper mano dura” que en la práctica no dejaron de ser otro desacierto más de nuestras llamadas authorities gubernamentales.

Con esto, nuestras cárceles están repletas de pobres, y en ellas brilla por su ausencia la luz de una verdadera justicia. Con certeza sabemos que nuestros gobernantes no soportarían un minuto encerrado en ese infierno construído por ellos mismos, junto a sus patrones y sus compadres. Se morirían de asco y de miedo.

Pero, para no exagerar, imaginémonos por un minuto a nuestros gobernantes viviendo en el infierno de angustia en el que vive nuestro pueblo cada día: ¿Soportaría el señor de los grandes banquetes comer un día con lo que come usted mi hermano durante toda una semana? !CLARO QUE NO!

Les aseguro que sufrirían un ataque de estómago y caerían metros. ¿Ustedes creen que nuestros gobernantes con “sentido humano” viajarían en los buses en que usted viaja todos los días como sardina, sufriendo toda clase de atropellos? ¡NO! Les aseguro que no lo soportarían.

Podríamos mencionar tantos otros ejemplos como el esclavismo infamante y nocivo contra miles y miles de trabajadoras en las maquilas extranjeras con el aval del señor gobierno; el terrible medio ambiente de calor extremo, de inundaciones, de humo letal. Y así todo el infierno en el cual vivimos, y en el cual nos han hecho vivir durante tantos años.

Me imagino que ni en pesadillas nuestros ahora gobernantes han vivido jamás lo que los de abajo sufrimos todo el tiempo, un infierno total:

delincuencia criminal, graves enfermedades, hambre calcinante, sed, represión policial, etc., ect., ect..

Entonces ¿Por qué nos lo hacen a nosotros el pueblo? ¿Hasta cuando el pueblo soportará este infierno que para quienes nos gobiernan no es más que la gloria de los opulentos?

Cualquier ciudadano del primer mundo se estremecería al ver lo que hacen con nosotros, y más aún al ver nuestra pasividad frente a quienes nos obligan a vivir en un infierno. Y lo que es aún peor, muy a menudo utilizan el nombre de Dios para burlarse de nosotros el pueblo en sus propios medios de comunicación.

El mismo Dante Alighieri, un muy famoso clásico italiano, autor de La Divina Comedia , se quedaría corto al respirar la muerte que se vive en nuestras calles y centros penales. Pero como bien lo dice la palabra de Dios, en el libro de Eclesiastés, “el fin de todo el discurso oído es este… teme a Dios porque esto es el todo del hombre”.

Temer a Dios implica obedecer sus mandamientos, pero para obedecerlos es necesario conocerlos, y para conocerlos nececitamos escudriñarlos en su palabra para que luego los llevemos a la práctica.

De esta manera es como al final lograremos construír la patria que deseamos y que nos merecemos. Una nación fundada sobre la justicia divina, sobre el amor a los demás, y sobre el respeto al derecho ajeno que generará la paz entre todos nosotros. Dios te bendiga El Salvador.


William Osmar Chamagua
Director General, Radio Cadena Mi Gente, AM 700
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25 DE JUNIO DEL 2008

Por William Osmar Chamagua

RADIO CADENA MI GENTE, AM 700

Hablar de política le causa nauseas y hasta vómito a muchas personas, muy en particular si estas personas son de aquellas que caminan con un halo en sus cabezas y se auto denominan “ser muy cristianas y llenas de religión“. Para estas personas la política es del diablo, y nada tiene que ver con la vida venidera, ni mucho menos con el Reino de Dios, ni mucho menos con sus vidas personales y familiares.

Escribiendo para la revista digital “El Periódico”, Jesús Moreno nos dice: “En muchos ambientes incluso está de moda decir que pasamos de política, o que no hay político bueno . Pero hay que decir con toda claridad que la política en sí es una realidad muy significativa y necesaria aunque muchas veces esté desprestigiada“.

Ahora, creo que todos debemos estar de acuerdo en que la política es un campo que está muy desprestigiado, pero de igual forma lo está el campo del derecho, el campo de la medicina, y por qué no decirlo, tambien está muy desprestigiado el campo de la religión.

Pero todo ese desprestigio que sufren estos campos laborales y espirituales no detienen nuestros sueños de queres ser doctores, o abogados, o pastores, o sacerdotes.

Es decir, que obramos hipócritamente, ya que mientras codenamos a unos campos como el político, toleramos a otros. Si vamos a evitar participar en el campo de la política porque es un campo corrupto, y si en realidad somos honestos, tampoco deberíamos de participar en ninguno de los otros campos de labores ya que en mayor ó en menor medida tambien los otros campos están corruptos, incluyendo el campo de la religión.

Según el Sr. Jesús Moreno, “Desde una perspectiva realmente humana y cristiana, la finalidad principal de la acción política es la consecución del bien común“.

Recuerde, la política es la consecución del bien común; es decir que si en realidad estamos dispuestos a ser obedientes a la palabra de Dios en cuanto a servir y amar a nuestro prójimo, en cuanto a protegerle, y en cuanto a dar nuestra vida por nuestros amigos, como cristianos no tenemos ninguna otra alternativa más que la de participar en la política, tanto secular como religiosa.

Es por esto que todo cristiano verdadero, y mire que no hablo de los hipócritas, ni de los mentirosos, ni de los que vuelan por nuestras ciudades y cantones con sus alitas de ángeles, presumiendo amar a Dios cuando desprecian a sus semejantes, !NO! no hablo de estas pálidas sombras de cristianos, sino más bien hablo de todos aquellos que desean vivir

consecuentemente su fé y practicar la bondad y la misericordia que Dios pide a sus discípulos.

Digo entonces, y esta es mi opinión personal, y aclaro, usted tiene todo el derecho a tomar sus propias decisiones, yo digo que todo cristiano verdadero, que en realidad ame a Dios no tiene ninguna otra alternativa que interesarse en el campo político secular y religioso. Digo religioso porque son los mismos líderes religiosos los que más metidos en la política están dentro de sus propias iglesias.

De hecho, quiera o no usted aceptarlo, todas las realidades de la vida diaria en nuestro El Salvador y en el Mundo tienen una dimensión política, al igual que una dimensión religiosa. Decir todo lo contrario es engañarnos a nosotros mismos, y les recuerdo que la escritura nos dice: “No os engañéis, Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre sembrare eso tambien cosechará”.

El hecho que la iglesia, y que la cristiandad salvadoreña a escogido alejarse de la política secular, y dejarla en las manos de los malos servidores públicos, a traído como resultado la impunidad, la pobreza, la miseria, el desempleo, la malas políticas sociales, y los males sociales que aquejan a nuestro pueblo.

Claro, no todos los cristianos tienen el talento de dedicarse a una carrera política profesional, de la misma forma que no todos nacemos para ser doctores, y no todos nacemos para ser abogados, para el ejemplo.

Eso no nos quita la responsabilidad que todos estamos obligados moralmente a adquirir una mayor conciencia política y una mayor inquietud por los problemas sociales y espirituales de nuestra patria. Creer que llendo a nuestras iglesias y cantando un Amén y un Aleluya nos librará de nuestra responsabilidad de buscar el bienestar común, es creer que que con tan solo arrodillarnos nos caerá el maná del cielo.

Según el Sr. Moreno, "todos los creyentes debemos tener nobleza y dignidad moral del compromiso social y político y las grandes posibilidades que este ofrece para crecer en la fé y en la caridad, en la esperanza y en la fortaleza, en el desprendimiento y en la generosidad" .

Lo que esto significa es que como cristianos no debemos participar en política solamente a la hora de ejercer el voto desde afuera, sino que más bien, como creyentes debemos cambiar las cosas desde adentro hacia afuera.

El Sr. Moreno agrega que "Se trata del amor eficaz a las personas, que se actualiza en la prosecución del bien común de la sociedad (C.V.P. 60,b).

“Ningún cristiano verdadero puede evitar ni negar la política, ya que nuestra misma fé nos pide estar presentes en la vida pública porque es precisamente allí en donde encontramos al hombre concreto con todos sus problemas, y nececidades“.

El mismo Apóstol Mateo, en el capítulo 25 de su evangelio nos dice: "Tuve hambre y me diste de comer". Es obvio que gente como nuestro mismo Presidente, y los miembros de su gobierno lo que menos hacen es leer las sagradas Escrituras; si las leyesen y las pusiesen por obra, el pueblo salvadoreño no sufriría los desmanes que hoy sufre, no tendría hambre, y no estaría desnudo y descalzo ya que la misma palabra de Dios nos ordena y nos manda a que alimentemos a nuestros semejantes.

Querramos o no querramos aceptarlo, absolutamente nada de lo que es parte de nuestra vida humana puede estar ajeno al deber de ser cristiano. En donde se juegue con la dignidad del hombre, allí debe de estar el creyente en Dios, en donde se pisotee y se robe al hombre, allí debe estar el cristiano de verdad, en donde se maltrate al menesteroso, se robe al inocente, se meta a la cárcel al justo, en todos esos lugares el verdadero discípulo de Jesucristo tiene la obligación moral y espiritual de hacerse presente por mandato directo de la palabra de Dios.

Al verlo de esta manera, podemos entonces con facilidad entender que en nuestra Asamblea Legislativa, en nuestras Alcaldías, en nuestro Gobierno Legislativo, en nuestra Corte Suprema de Justicia, y en todos nuestros lugares de gobierno público es en donde se toman las desiciones que afectan para bien o para mal la vida, la dignidad, la libertad, la justicia y la paz de nuestro pueblo. Esto significa que moralmente estamos obligados a no hacernos del “ojo pacho“, y a no tomar la religión como una excusa para dar permiso a la corrupción.

Pero entonces conociendo esto, la pregunta sería: ¿Por qué rehusan los llamados cristianos a participar activamente en la política local y nacional? ¿Será porque creen que Jesús prohíbe la política? ¿O será porque han fallado en darse cuenta que nuestro mismo redentor, Jesús de Nazareth, fué crucificado por enfrentar a los malhechores políticos y religiosos de su tiempo?

De hecho, a la hora de su muerte, allí encima de su linda y bella cabeza, los romanos pusieron una corona de espinas y clavaron en su cruz su causa escrita: “Este es Jesús de Nazareth, Rey de los Judíos”.

Si nos detenemos a examinar este evento, y sus hechos, llegaríamos a la conclusión que si el gran Maestro, Jesús de Nazareth, hubiese sido crucificado en El Salvador, le pondríamos la misma corona de espinas sobre su cabeza, a diferencia que escribiríamos su causa escrita en aquella cruz de esta forma: “ESTE ES JESUS DE NAZARETH, PRESIDENTE DE EL SALVADOR”.

A nuestro maestro, Jesús de Nazareth, lo asesinaron los políticos y los religiosos de la época, ¿Pero por qué? Sencillo, porque le tenían miedo a su poder político y a su poder religioso, creyeron falsamente que les robaría sus puestos de poder humanos, los cuales habían conseguido a base del engaño.

Como iglesia, y como cristianos estamos obligados a poner nuestros talentos al servicio de nuestra sociedad. Querramos o no aceptarlo, como iglesia y como cristianos estamos obligados a comprometernos activamente en la construcción de un mejor país, tanto en el campo de la política como en el campo de la religión.

Es una irresponsabilidad decir que como cristianos la biblia nos prohíbe participar en política; todo lo contrario, estamos moralmente obligados a ejecutar el bien por medio de la política y de la religión. Decir que la política es del diablo, es una hipocrecía ya que el diablo mismo está metido tambien dentro de la misma religión, y por supuesto, religión es lo que más nos sobra.

Hermanos, hermanas, no es la tarea del diablo alimentar a las multitudes, no es la tarea del diablo ejercer la justicia y buscar la paz, no es la tarea del diablo ejecutar las leyes de una forma transparente y justa entre los hombres, no es la tarea del diablo el crear empleos en nuestra nación, no es la tarea del diablo el tratar dignamente a nuestros hermanos, y no es la tarea del diablo el amar al pueblo de Dios, todas estas cosas MI GENTE, son tareas de la verdadera Iglesia de Jesucristo, que es el pueblo de Dios.

Como cristianos y como pueblo estamos obligados moral y espiritualmente a envolvernos en los partidos é instituciones político-administrativas a fin de ayudar y colaborar en conseguir una eficiente organización económica, social y administrativa de la sociedad que esté al servicio de todos los ciudadanos, especialmente de los más necesitados. Esto es lo que Monseñor Romero llamó “LA OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES”.

Es por esto que es un desperdicio que nuestros pastores y sacerdotes pasen toda la vida predicando desde un púlpito, lavándose las manos al estilo Pilato, cuando su verdadero trabajo está en los campos, en los cantones, en los valles, en donde se encuentra la nececidad, en donde se encuentran los oprimidos y los leprosos que han sido carcomidos por el ácido del mal.

La corrupción que el día de hoy existe dentro de nuestro gobierno político y religioso es precisamente por la falta de valores bíblicos reales en los corazones de quienes nos gobiernan.

De hecho la voluntad de Dios es que sus siervos y sus siervas gobiernen las naciones, Pero vea usted la falacia de nuestros pensamientos: ¿Nos atrevemos a decir que no es la voluntad de Dios que nos metamos en política pero que sí es su voluntad que participemos en la religión?

Un verdadero creyente dentro del campo político ejercería como un verdadero cristiano, y eso traería consigo bonanza y paz a quienes él o ella representa. ¿Se imaginan ustedes lo que sucedería en nuestro gobierno si todos nuestros gobernantes fuesen verdaderos creyentes a la palabra de Dios? ¿Qué tipo de nación tendríamos si fuésemos gobernados por gente que teme a Dios?

Les aseguro que lograríamos que nuestro pisoteado El Salvador, se convertiera en una de las siete maravillas del mundo. Con todo esto, ¿cómo entonces podemos seguir creyendo que es un pecado para el creyente participar en la política de nuestra nación?

Un verdadero cristiano (a) dentro de la política aportaría una postura humanizadora, cuando el partido o la institución cayese en el burocratismo; él o ella podrían aportar una postura de honrado servicio al bien común, cuando otros busquen tan sólo sus intereses particulares; él o ella podrían aportar una postura crítica transformadora, cuando los demás burócratas se olviden de las necesidades reales del pueblo, el verdadero creyente en Dios dentro del campo político podría aportar una postura de sana utopía, ya que los valores del Reino de Dios deben ser siempre su horizonte de actuación.

Aquellos que pregonan y creen que Jesucristo, nuestro Señor, no participó en la política de su tiempo, se caerían de espaldas si tan solamente le dedicaran un poquitito de tiempo al estudio de las Sagradas Escrituras ya que en ellas encontrarían a un Jesucristo totalmente diferente al que ellos predican y pintan a nuestra sociedad.

El Jesús de la biblia es un Jesús activo, trabajando y enseñando en las calles, en los ríos, en el mar, en los cementerios, en fín, encontrarían a Jesús llendo al pueblo y no el pueblo viniendo a él.

El Sr. Jesús Moreno nos dice que: “De hecho Jesús fué el activista por excelencia, ya que dedicó todo su ser a lograr la concordancia del mundo con la visión de amor, liberación y justicia que Dios le dió. Él no era solo un líder, sino “un líder estratégico” que dirigió según estrategias y tácticas bien pensadas“.

Hendricks explica cómo dirigió y las estrategias que siguió. Según Hendricks, la principal misión de Cristo era colocar al pueblo israelí en un camino de liberación en el aquí y ahora, no en el mañana y en el futuro, tal y como la iglesia moderna lo pregona. Pero para poner al pueblo en el camino de la libertad en el aquí y ahora era necesario incluír la confrontación con los estamentos de poder judíos por su complicidad con el imperio romano.

El Sr. Moreno nos dice que: “Para eso, Jesús usó estrategias políticas adecuadas a la época, al igual que han hecho otros revolucionarios a través de la historia. Sin embargo, las estrategias de Jesús no eran las de los políticos venales y mentirosos que padecemos hoy“.

Según Hendricks, las estrategias de Jesús eran:

(1) tratar las necesidades del pueblo como sagradas.

(2) dar voz a los que carecen de ella. (A esto es lo que Monseñor Romero llamaba dar voz a los sin voz).

(3) denunciar la opresión.

(4) llamar al demonio por su nombre.

Estas son las estrategias que Jesús usó para traer el Reino de Dios a el aquí y ahora y convertir el mañana y el futuro en el presente. Es por esto que Jesús sanó y cargó en él las dolencias y enfermedades del pueblo ya que para él el pueblo siempre fué sagrado, a tal grado que, dió su vida por el. De esta forma Jesús dió voz a los que no tenían voz elevándoles al nivel de los reyes y gobernantes de la época.

Todo esto lo hiso el Señor Jesucristo mientras públicamente denunció la opresión, la corrupción, y toda la hipocrecía de aquellos que se creían los más santos del pueblo, y que tambien tenían al pueblo Judío secuestrado.

Entonces, ¿qué es lo que Jesús hiso con todo esto? El llamó al demonio por su nombre, si se trataba del rey Jesús denunció al rey, si se trató del alcalde, Jesús denunció al alcalde, si fué el magistrado, Jesús denunció al magistrado, y si fué el Presidente el ladrón y el corrupto, Jesús denunció públicamente al Presidente.

Dios es soberano, y si en realidad vamos a conversar de lo que significa gobernar, Dios y nadie más que Dios tiene el derecho único de gobernar y dominar los asuntos de los hombres. Es aquí en donde es sumamente importante entender los mandamientos y las razones por las cuales Dios mismo hace lo que hace.

Es Dios mismo quien desea y debe gobernar los asuntos temporales de los seres humanos. De hecho, el primero de los diez mandameintos es fundamental en esto: “No tendrás otros dioses por encima de mí“.

Lo que esto significa, es que para que eso no suceda, debe ser el mismo Dios quien debe gobernarnos, ya que al gobernarnos el ser humano, este, ni tardo ni peresozo, siempre, siempre escoge dioses ajenos, tal y como lo es el caso de nuestro gobierno actual, el cual a escogido servir a el dios dinero.

Hendricks revela otras dimensiones insospechadas de los recuentos de las enseñanzas de Jesús el Cristo, como la noción de presentar la mejilla izquierda si lo golpeaban en la derecha.

Un golpe en la mejilla derecha significaba una bofetada de revés, porque estaba prohibido en los tiempos bíblicos usar la mano izquierda para golpear a otros. Por lo tanto, no tenía la intención de hacer daño, sino más bien golpear la mejilla derecha significaba dar un insulto. Era muy común que los esclavos fuesen golpeados de esa manera por sus amos, y los romanos daban bofetadas de revés a los israelíes.

Ahora, lejos de ser una muestra de sumisión por parte de la persona que era golpeada ú humillada, presentar la otra mejilla era la respuesta no violenta recomendada en vista de la condición inferior y de impotencia del pueblo israelí.

En decir que en lugar de bajar la cabeza y aceptar la humillación de la bofetada, presentar la otra mejilla era una afirmación de temple, de carácter, de fortaleza con un acto voluntario que retaba la autoridad del opresor.

Si ponemos este mismo ejemplo en nuestro país, con toda libertad podríamos decir que el pueblo Salvadoreño está ahora presentando la otra mejía a su gobierno por medio de radio Cadena Mi Gente, AM 700, ya que en este medio estamos demostrando nuestra fortaleza, nuestro carácter, nuestro temple.

Otra forma de mostrar la otra mejía en nuestro pueblo es haciendo uso del derecho de manifestarnos pacíficamente en las calles, y el de exigir el respeto a nuestros derechos constitucionales.

Poner la otra mejía, por lo tanto, no es el de aceptarlo todo con la cabeza metida en la ARENA, como lo hemos hecho durante las últimas cuatro elecciones, poner la otra mejía es resistir pacíficamente los abusos de nuestros malos governantes político-religiosos de nuestros días, mientras esperamos el día de nuestra libertad.

El arzobispo Sud-Africano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, dice que "no hay nada más político que afirmar que la religión no tiene que ver con la política".

Querer separar la religión y la política es lo mismo que pretender separar el cuerpo y el alma. Todos aquellos que enseñan y predican la separación de la política de la religión, simplemente repiten los mismos engaños que les fueron heredados por sus antepasados y no las verdaderas enseñanzas de Jesucristo.

Según Jesús Moreno, “La expansión musulmana en el mundo, el boicot chino a la presencia del Dalai Lama en el Tibet, la política israelí frente a las naciones árabes, la intransigencia de la corona británica en no admitir la independencia de Irlanda del Norte... son cuestiones políticas con fuertes resonancias religiosas.

El Sr. Moreno agrega: “Como observa Clodovis Boff, ‘todo es político, pero lo político no lo es todo‘. Al abrir el evangelio constatamos que la vida de Jesús tuvo implicaciones políticas antes incluso de que él naciera.

Herodes, temiendo al Mesías, ordenó la mantanza de los niños. Para María, el hijo esperado era una bendición del señor que según San Lucas 1:52-53, "derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes, que llena de bienes a los hambrientos y despide a los ricos con las manos vacías" .

Ahora, es muy claro que si la religión no tuviese nada que ver con la política, Juan el Bautista, primo-hermano de Jesús, no habría sido preso y asesinado por órden de Herodes, ya que Juan lo denunció como corrupto, esto está en San Marcos 6:17-29.

El Sr. Moreno dice que: “Toda la misión de Jesús es un conflicto permanente con las autoridades de su tiempo: escribas, fariseos, saduceos, miembros del Sanedrín y de la corte romana. El hecho de que Jesús denunciara la hipocresía de la ley, defendiera los derechos de los marginados, proclamara un Reino que no era el del César... provocó la ira de Herodes, a quien él trató de "zorro", esto está en Lucas 13:32.

“Cuando los apóstoles sugirieron que Jesús despidiese a la gente hambrienta, él reaccionó, obligándolos a repartir los alimentos, Marcos 6:30-44. En la oración que Jesús enseña, el paralelismo "Padre nuestro y el pan nuestro de cada día" deja claro que no se puede testimoniar que Dios es nuestro Padre si no nos llevamos como hermanos compartiendo los bienes de la tierra y los frutos del trabajo humano.

“Todo cristiano es discípulo de un prisionero político. Jesús no murió de accidente de camello en una calle de Jerusalén, ni de hepatitis en la cama. Tenemos que decirlo claramente, el señor Jesús fué asesinado bajo dos procesos sumarísimos, el del Sanedrín y el de los Romanos.

“Era preciso callar a aquel que enseñaba que la persona humana es más sagrada que el Templo de Jerusalén. El ciego, el cojo, el pobre Lázaro, así como Zaqueo, son templos vivos de Dios.

Ningún orden político puede considerar el derecho de la propiedad por encima de los derechos de la vida de las personas. Para la fé cristiana, la salud de un pobre enfermo vale mucho más que la manada de cerdos que Jesús precipita en el lago, según Lucas 8:26-33), así como el derecho de los sin-tierra está por encima de la propiedad de la tierra ociosa, o el salario del trabajador por encima del lucro del patrón, la educación de los niños de la calle por encima de los intereses de los bancos de la ya enorme empreza privada.

Tenemos que entender que la Iglesia verdadera de Jesucristo no es un partido político ni puede confundirse con ellos. Es por razones éticas y pastorales por las que la iglesia debe de expresarse sobre cuestiones de la política, y no por razones electorales.

Estando la Iglesia compuesta por hombres y mujeres, y no por ángeles, la iglesia tiene el deber y la obligación de velar para que, en este mundo, y este bello EL Salvador, como bien lo dice San Juan 10:10... "todos tengan vida y tengan vida en abundancia" .

Esta es la razón central por la cual Dios se manifestó en carne según I de Timoteo 3:16 en la persona de Jesucristo. El vino a este mundo, no siendo de este mundo, para restaurar el paraíso, ese lugar bello y hermoso de paz, armonía y esperanza, que fué creada por el mismo según el primer capítulo del evangelic de San Juan: “En el mundo estaba y el mundo por é fué hecho…“

Pero ese mundo que fué creado bajo la perfección fué subvertido por el egoísmo humano, y en nuestro país a sido subvertido por la maldad y el egoísmo de hombres y mujeres tanto en la política como en la religión.

Ahora, finalmente pregunto: Si es verdad que existe un solo Dios, de quien todos somos hijos, ¿por qué entonces vivimos y existimos a media tinta con tantas desigualdades entre nosotros mismos?



William Osmar Chamagua
Director General, Radio Cadena Mi Gente, AM 700
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JUNIO 22, 2008

Por William Osmar Chamagua

“De religión y de política no hablemos“, dice mucha gente. En sí lo que están diciendo, sin saberlo, es que no les importa en lo absoluto su futuro, ni el futuro de su familia y mucho menos el futuro de la sociedad. Ignoran, por cuena propia, que son, la religión y la política, los dos campos que trazan y deciden de una forma directa nuestras vidas.


Jesús fué un hombre muy problemático en extremo para aquellos que ostentaban el poder político y el poder religioso de la época. Jesús hablaba abiertamente, sin tapujos, hablaba de igualdad, hablaba de compasión, hablaba de misericordia, hablaba de amor. El Hablaba constantemente de ideas que chocaban de forma directa con lo establecido en la sociedad de su día, de la misma forma que por medio de su palabra lo continúa haciendo en la edad moderna.

Jesús hablaba y pregonaba a los cuatro vientos el bienestar común; el jamás se avergonzó de llamar hermanos y amigos a los pobres, a los humildes, a los desbalidos, a los leprosos, a los humillados, él siempre habló y enseñó de que cada uno debía de tener a su prójimo como mayor a él mismo sin importar la condición física, económica ó emocional de la persona.

Jesús arrastraba hacia el Reino de Dios, con el poder de su palabra, a las multitudes. El fué un pregonero que decía que su Reino no era de este mundo; y sin embargo, jamás en la historia de la humanidad ha existido un hombre que haya ejercido más influencia que Jesús en los asuntos de la vida del ser humano, a tal grado que cortó los tiempos y las edades en el antes y en el despues de Jesucristo.

Imagínese usted, partió los tiempos por la mitad, sin ni siquiera ser de este mundo, ahora, ¿puede usted preguntarse que habría sucedido si este mundo hubiese sido el de él, así como lo es de nosotros? Sin lugar a dudas, lo hubiese puesto “patas arriba de raíz”, y viviríamos hoy, simple y sencillamente, en un mundo de paz, amor y justicia.

Con todo esto, aunque usted no lo crea, esa es nuestra responsabilidad, y esa es la responsabilidad de la iglesia, estamos obligados a “poner este mundo patas arriba” haciendo uso de la violencia de la verdad de Jesucristo.

Jesús fué un hombre que con su voz poderosa ordenaba y resucitaba a los muertos, un ser excepcional que perdonaba y perdona los pecados; Jesús fué un loco que nadie entendía y que hablaba por medio de parábolas, hipótesis, ejemplos de la vida cotidiana, un verdadero Maestro. Los doctores de la ley no entendieron sus palabras porque su evangelio no fué diseñado para los adultos sino más bien para los niños.

Jesús fué, frente a los ojos de la sociedad de su época, al igual que lo sería, sin lugar a dudas, frente a nuestra sociedad salvadoreña, subversivo, un terrorista mental, un peligro desestabilizador para los políticos y religiosos de su época, que tanto se asemejan a los nuestros en su maldad y egoísmo.

Jesús fué el hijo del carpintero llamado José, era un hombre que hacía milagros, que tenía la capacidad de duplicar y multiplicar los panes y los peces y que daba de comer a las multitudes que se tomaban el tiempo para escuchar sus enseñanzas. El mismo hecho que fué sentenciado a muerte y asesinado de la forma más vil por sus propios hermanos, y por su propio pueblo, da testimonio de ello.

Con todo esto, Jesús fué un hombre que perdonó a sus enemigos, y que mataba el odio de ellos con el olor fragante de su profundo amor. Pero enmedio de todo ese amor y justicia que emanaba de su Corazón, Jesús enfrentaba, denunciaba, y llamaba hipócritas, mentirosos, y tumbas blanqueadas a todos aquellos que se aprovechaban de la ignorancia del pueblo Israelita para cometer sus fechorías, y manipular sus pensamientos y por ende las vidas de los pobres.

A mí no me cabe la menor duda que de estar Jesús presente en carne y hueso en nuestro pequeño El Salvador, él, con seguridad, haría exactamente lo mismo, denunciaría y llamaría hipócritas a los corruptos, a los ladrones, a los falsos políticos y a los falsos religiosos, aún a costa de la ira de ellos.

Jesús fué una persona que entendía y compartía las miserias del pueblo, él jamás vivió en la opulencia, ni en comodidades de ningún tipo. De hecho, claramente dijo que: “el hijo del hombre no tenía ni un solo lugar en donde recostar su cabeza”.

Jesús fué un hombre que se rodeaba de prostitutas y de los marginados por la sociedad, esta era la razón por la cual él les entendía; día con día él mismo padecía y sufría las dolencias del pueblo. Con toda seguridad les digo que Jesús jamás bendeciría armamentos de Guerra, destinados a quitar la vida a nuestros semejantes, como lo han hecho algunos en nuestra patria, ni mucho menos entregaría reconocimientos a ningún presidente por un trabajo que nunca hiso, !NO! eso no lo haría Jesús; todo lo contrario, a este Presidente Jesús lo reprendería públicamente y lo llamaría al arrepentimiento, y a lo mejor, lo correría de la casa de su padre tambien a latigazos tal y como lo hiso con los perversos mercaderes del pueblo.

Jesús fué un anarquista del poder político y religioso constituído de su época. A los religiosos él les llamaba fariseos hipócritas, y entre ellos estaban incluídos los sumos sacerdotes, quienes representaban el poder religioso radical.

Este tipo de personas solamente servían y sirven para estorbar y condenar a los demás; como el mismo Maestro lo diría: “Ustedes recorren el mundo para convertir a un prosélito, y una vez convertido lo hacen dos veces más hijo del infierno que ustedes mismos”.

Todo esto le acarreó al Maestro infinidad de problemas. Fué difamado, insultado, en una ocación se le quiso tirar por un despeñadero. Fué amenazado a muerte en muchas ocaciones, y al final crucificado por sus ideas, por sus pensamientos y por sus Milagros, por el mismo pueblo al cual sirvió y amó.

Ahora, usted no crea que estos nuestros tiempos han cambiado, el mundo continúa infestado y podrido, destilando el mal olor de los servidores del mal; y al igual que los mentirosos de la antiguedad, en nuestros días, ellos tampoco se sacian de hacer el mal.

Nosotros estamos viviendo enmedio de una sociedad que habla de Jesús con sus palabras pero lo niega con sus hechos. Sus mismos líderes religiosos y políticos dicen una cosa y hacen otra. Prometen con sus palabras y sus mensajes compartir un Reino hermoso y futuro, pero fallan en compartir su reino presente.

Hipócritas que con sus mismos hechos niegan sus propias palabras.

Pueblo salvadoreño, la realidad es que vivimos en una sociedad que está llena de religión, de política, de engaño, de mentiras, de materialismo, en una sociedad carente de amor, de compasión, de humildad, vivimos en una sociedad en la que se predica de Jesús pero que al mismo tiempo viven y hacen las obras del diablo.

Vivimos llenos de predicadores famosos que lejos de seguir el ejemplo de aquel a quien supuestamente predican, se acuestan y se arropan con la misma cobija inmunda que tiene sumido en la miseria al pueblo por el cual Jesús murió y resucitó. Dicen querer llevar al pueblo salvadoreño al cielo mientras acá en la tierra lo tienen viviendo en el infierno del hambre, del desempleo, y de la humillación.

Vivimos en una sociedad en donde la iglesia ha enseñado al pueblo que ser pobre es una bendición y no una maldición; al mismo tiempo que les ha prometido llevarles a un lugar en donde las calles son de oro y el mar es de cristal.

Falsos maestros que fallan en entender que en caso que este nuestro amado pueblo que hoy vive acostumbrado a la pobreza material, económica y espiritual llegase al cielo, este pueblo pobre se sentiría incómodo viviendo en un lugar con tantas riquezas y opulencias como lo es el verdadero Reino de Dios.

Dios no es pobre en ninguna forma pueblo salvadoreño, Dios es rico y sobreabunda en todas las cosas. De hecho, la misma escritura nos dice que: “El siendo rico se hiso pobre para que nosotros por medio de su pobreza fuésemos hechos ricos”. Pero, entonces… ¿Por qué seguimos siendo pobres?

Yo sé que no es fácil entender todo esto de la noche a la mañana, especialmente despues de que toda nuestra vida hemos escuchado las misma mentiras diez millones de veces, martillándonos y haciéndonos creer que ya los ricos están contados. Otra mentira más, en la ya enorme matata de ellas, matatas que por cierto están en las manos del diablo.

En nuestro país, diariamente se cometen todo tipo de bajesas, de opresión, de maldades, y para tristeza nuestra lo digo, son los mismos “seguidores de Jesús”, quienes frente a toda ésta maldad y corrupción, hacen todo lo contrario de lo que Jesús haría al estar presente en carne y hueso en nuestra patria.

Al parecer en nuestros días la defensa del pobre, del menesteroso, y del débil a sido relegada a personas que en realidad no han sido llamadas por Dios para ese trabajo.

Aquellos a quienes se les ha encomendado este trabajo solamente sirven como fachadas del mal, y son engañosos mensajeros de las regiones celestes.

Es por todo esto y mucho más que Jesús el Señor fué muy problemático para los religiosos y políticos de su época. Para contrarrestarlo, humillarlo, destruírlo, y lograr que su testimonio personal se fuese por el suelo sin deber absolutamente nada, los hipócritas, los cobardes, los mentirosos, los malhechores, los asesinos, se mantenían de una forma constante insultándole y tratando de encontrar el hoyo por medio del cual atacarle.

Escuchen ustedes algunos de los insultos que Jesús recibía, y analicemos luego como nada de esto a cambiado en los corazones de los enemigos del bien despues de más de 2000 años en el futuro; los insultos, las blasfemias, y las amenazas continúan siendo las mismas.

Evangelio según San Mateo 12:22 en adelante...

“Entonces fué traído á él un endemoniado, ciego y mudo, y le sanó; de tal manera, que el ciego y mudo hablaba y veía. Y todas las gentes estaban atónitas, y decían: ¿Será éste aquel Hijo de David? Mas los Fariseos, oyéndolo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebub, príncipe de los demonios“.

El odio y la maldad de los cobardes é hipócritas en contra de Jesús era tan profundo que se atrebían a blafemar en su contra, diciendo al pueblo que Jesús hacía los Milagros que hacía al hacer uso del espíritu del diablo.

En el verso 25 en adelante se nos dice: “Y Jesús, como sabía los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad ó casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera á Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? Y si yo por Beelzebub echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces“.

Esta era y es el tipo de sabiduría que los enemigos del Dios de los cielos, aunque se disfracen de religiosos y de santos, no pueden resistir. “Un reino dividido”, les dijo claramente el Maestro, “no puede permanecer“.

En el verso 28 El agrega: “Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado á vosotros el reino de Dios. Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del valiente, y saquear sus alhajas, si primero no prendiere al valiente? y entonces saqueará su casa.

“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, derrama. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado á los hombres: mas la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada á los hombres. Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado: mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero“.

Esto es conocido como el pecado imperdonable; el maldecir el espíritu de Dios, es decir, que como seres humanos nosotros podemos cometer el pecado que séa, y nos será perdonado al alcanzar un arrepentimiento puro y verdadero, menos uno, el cual no nos será perdonado ni en este siglo ni en el venidero. Ese pecado el cual no nos será perdonado es la blasfemia en contra del Espíritu Santo.

Más tarde, en el verso 33 en adelante se nos dice: “O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, ó haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto es conocido el árbol. Generación de víboras, ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas: y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas.

“Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio; Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado“.

Ahora, cuando entendemos esto correctamente, podemos entonces ser muy cuidadosos en cuanto a nuestro proceder. Recuerde, un árbol malo no puede dar buenos frutos, de la misma manera que un árbol bueno no puede dar malos frutos. O es lo uno o es lo otro, de la misma fuente no puede salir agua sucia y agua limpia.

Este pasado Domingo 22 de Junio del 2008, durante nuestra visita a Guatajiagua, Morazán, unos humildes y sencillos hermanos se acercaron a nuestro compañero y hermano de labores Kenny Bolaños, entregándole un sobre en sus manos, al mismo tiempo que le pedían me lo hiciese llegar.

Esto lo transcribo, no para abochornarles sino más bien para dejarles saber que han cometido un gran error al condenarnos de la manera que lo han hecho, no necesariamente por nosotros, sino más bien la ofensa a sido al mismo Dios a quienes ellos dicen servir.

En el sobre que se me entregó se leen las siguientes palabras: “Una petición para usted hermano Chamagua”.

A continuación doy lectura al documento ya depurado (pues tenía muchos errores de ortografía) y que textualmente dice:

“Lea y medite. Hermano pastor, por este medio me dirijo a usted y es para decirle que no séa hipócrita. Hermano Chamagua, usted es un pastor diabólico influenciado y respaldado por el espíritu del anticristo para engañar a todo mundo“.

Es decir, que estas personas me están insultando de la misma forma que insultaron a nuestro Señor Jesucristo. Ahora, el problema más grave de esto, no es que insulten a mi persona, eso lo pueden hacer con toda libertad los días y el tiempo que lo deseen. El verdadero error está en que ellos dicen que todo lo que hago, lo hago por la inspiración de el espíritu del diablo; y eso, mis hermanos es lo que el mismo Maestro, Jesús de Nazareth dijo que “no sería perdonado en este siglo ni en el venidero”, ya que es una ofensa y blasfemia directa al Espíritu de Dios que mora en mí y que mora en nosotros.

La mencionada carta escrita en el anonimato continúa: “En el Corazón de cada uno de los que son católicos habitan tres clases de malos espíritus de demonios: espíritu de apostasía, espíritu de hipocrecía, espíritu de desanimación.

“La Iglesia Católica es un engaño del Diablo. Hermano Chamagua, el defecto y el error que usted está cometiendo es mezclar lo político y lo religioso y lo espiritual para engañar y atrapar, y está cometiendo un grave pecado de usar la palabra de Dios para la política, lo espiritual es del cielo y lo político es terrenal, y lo religioso.

Por favor no se ande metiendo con los hermanos protestantes. Lo divino no se puede mezclar con lo malo, como decir lo político y lo religioso y lo de Dios.

“Hermano Chamagua, a usted el dios de este siglo, satanás, le ha segado el entendimiento para que la luz del verdadero evangelio no se refleje en su vida a fin de condenación.

“Hermano Chamagua, ¿Cómo usted se atreve a predicar la palabra de Dios con cambiar con odio y rencillas y con raíces de amargura en su Corazón. Hermano Chamagua dentro de su Corazón hay un espíritu engañoso”.

Este es el final de la carta que se nos hiso llegar, sin nombre ni apeído, sin identificación alguna, tal y como lo haría una persona que no está segura de sus ideas y pensamientos, y que no se atreve a responder por sus palabras y por sus errores. Es obvio que muchas cosas en el Corazón del ser humano permacen de la misma forma que el Maestro las encontró y las dejó dos milenios atrás.

Mi pregunta entonces sería, tal y como lo dijo Jesús: ¿Si yo hago lo que hago por medio del espíritu del diablo, bajo qué espíritu obran aquellos que ni siquiera les importa un comino el bienestar de sus semejantes? ¿Bajo que espíritu gobiernan los corruptos, los sinverguenzas, los malhechores? Les dá igual que nuestro pueblo coma o que no coma, que séa humillado y pisoteado o no, que viva con dignidad o bajo los pies de sus opresores, nada de eso importa, ¿Y entonces, que espíritu controla a los corruptos políticos y a los corruptos religiosos? Dígame por favor.

¿Si cuando yo busco la igualdad, el respeto, la equidad, el amor, la compasión, y pregono que ningún ser humano es inferior a nadie, y que a quien se le dá más se le pedirá más, si todas estas cosas en mí son motivadas por el espíritu de satanás, de Nuevo yo pregunto: ¿Quien es entonces el que motiva a los ladrones, a los malhechores, a los blasfemos, a los asesinos, a los corruptos, a los malos gobernantes, a los que no se sacian de pisotear y tratan peor que animales a sus semejantes?

¿De quien es entonces el espíritu que motiva a aquellos que han secuestrado nuestra nación, tanto en la política como en la religión? Dígame usted que escribió la carta y que es tan espiritual, respóndame por favor, y por amor a Dios, SAQUEME DE MI IGNORANCIA.


William Osmar Chamagua
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